viernes, 22 de enero de 2010

El sueldo de los curas

Este texto no tiene desperdicio.

"EL SUELDO DE LOS CURAS
Los refranes sobre curas, sacerdotes y monjas son multitudinarios. Los hombres de la sotana dicen que “nunca pierden y siempre ganan”, “donde hay bonete no falta panete”, “los santos no comen pero dan de comer”, “te ha hecho la boca un cura” y así sucesivamente. Seguramente su trabajo precisa una remuneración, un salario mínimo para sus “gastos”, aunque creo que no deberían tener ni una sola necesidad y si todas cubiertas, aunque sean más precarias que el resto de los seres humanos. Al fin su ministerio no es para beneficiarse de nada, ni de nadie, si no para servir a los fieles a través de los mensajes divinos. Un sueldo equivale a una obligación de tributar, unas cotizaciones y unas rentas, cuando se presupone que todo religioso renuncia a los bienes propios y los dona a la Iglesia. Además del clásico cepillo de captación en las misas, donde recogen algunas monedas y las compras de postales, cirios, museos, flores y demás abalorios religiosos.

Quizás en su vida callejera precisan como cualquier ser humano fumarse un cigarrillo, tomarse una cervecita con sus tapitas, ir al cine, al teatro, visitar a su familia y amigos, y en definitiva actuar como una persona normal y no como un enviado de Dios, aunque sí un llamado a la fe. Creo que se debería arbitrar otro tipo de pago y no un salario como un empleado. Entiendo que un sacerdote es algo más que un trabajador en una Iglesia, aunque el trabajo santifique. El Vaticano quiere incentivar a sus empleados, religiosos y laicos. En cierta ocasión se preguntó a Juan XXIII cuántas personas trabajaban en la Santa Sede y respondió: “Más o menos la mitad”. Se acaba de reunir la cúpula administrativa del Vaticano para aplicar “nuevas disposiciones respecto a la retribución del personal de servicio”. Se incorporan incentivos para mejorar la productividad, se premiará la dedicación absoluta, su disponibilidad, honradez y profesionalidad. De momento se han subido un 9% los salarios. Y tienen economatos y otras ventajas extrasalariales. Los cardenales del Vaticano cobran más de 3000 €, los secretarios: 2500 € y los subsecretarios: 2000 €. Los empleados tienen su asociación (ADLV) y la Oficina del Trabajo (ULSA). Es decir todo un gran montaje de tipo empresarial. Lo más importante, creo, que debería ser el dinero que recaudan de todas las congregaciones, colegios, etc. y que desde el Vaticano lo administran. Mi tío Aurelio Ramos Gil fue uno de los recaudadores económicos en América Latina y pasaba cuentas cada año en la Santa Sede.

Hasta aquí todo correcto. Pero mi dinero no lo destino a la Iglesia, si no me garantizan que no va a parar a manos de la COPE y sirva como pago a ningún empleado de esa emisora, que debe ser totalmente independiente en sus economías y no ser financiada con el soporte de los ciudadanos. Si la publicidad “Programa de Sostenimiento Económico de la Iglesia” fuera verdad, es posible que no nos importara, como siempre, colaborar con los 18.000 misioneros del mundo, los 57.663 ancianos en residencias, los 200.000 emigrantes… Pero su credibilidad está en entre dicho, por meterse a políticos. Y mucho menos quiero pagar el dinero de los falsos sacerdotes que con sus malas prácticas y ruines bajezas emponzoñan la Iglesia y decepcionan al Dios que sirven.

ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS- Escritor"

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